Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de las principales causas de estrés y ansiedad en niños están relacionadas con los deberes extracurriculares: las tareas escolares. Son muchos los padres que están a favor de la erradicación total de las tareas; mientras que apuestan a otras alternativas de aprendizaje. No obstante, otros defienden con uñas y dientes las tareas escolares para poder afianzar los conocimientos diarios.

Los últimos años han sido atravesados con la polémica, en donde se pone en duda si las tareas son o no de utilidad para los alumnos. Por supuesto que, en torno a esto, el principal interrogante que surge es: ¿Son las tareas la principal herramienta para la comprensión de los contenidos escolares? Te compartimos los beneficios y desventajas que existen en este cuestionado debate:

Desventajas de las tareas escolares

Las tareas escolares en casa no son una problema per sé. El hecho de ocupar los tiempos de ocio, que son de gran importancia para el desarrollo cognitivo del niño, ha generado que en torno al 10% de la población de infantes padezcan casos de ansiedad y estrés.

  1. Exceso de tareas: En algunas ocasiones puede suceder que los chicos tengan una sobrecarga evidente de tareas, teniendo que administrar sus tiempos casi del mismo modo que los adultos. Esta situación hace que los alumnos se desgasten y tengan cada vez más aversión a las tareas en casa.
  2. Pleitos entre docentes y padres: Otra de las desventajas que subyacen en los deberes, es la utilidad que se cree que estas tienen sobre los niños, generando una gran fricción entre los padres y profesores. Esto generan frustraciones contrapuestas ya que los padres sienten que los deberes le restan horas de calidad familiar; mientras que los docentes sienten que se les quita autoridad pedagógica. En el medio, los niños. Estos se quedan inmersos en una discusión ajena sin saber a quién de ellos obedecer.
  3. Estrés familiar: Sabemos que estos ratos en donde los niños deben realizar sus tareas escolares, suprimen tiempos de actividades que son inherentes a la infancia, como jugar, practicar algún deporte o simplemente descansar. El no cumplir con los deberes en tiempo y forma producen estrés tanto en los niños como en los padres. Es de suma importancia evaluar las actividades de los hijos con relación a la carga de tareas escolares.
  4. Poco tiempo de los padres para acompañar a los niños en sus tareas: De más está decir que el trabajo de los padres circula por una vía contraria a los horarios de los niños. Muchas veces ellos necesitan de la ayuda de sus padres para terminar por resolver sus deberes, sin embargo, esto queda para última hora siendo poco productivo para el aprendizaje de los niños. La inversión de tiempo que los padres deben hacer en las tareas escolares, sobretodo en niveles preescolar y primaria, son muy altos y afectan directamente la vida profesional y laboral.

Ventajas de las tareas escolares

No se puede omitir que, como en muchas otras situaciones de la vida, el reforzamiento y la repetición, fijan los conocimientos y los aprendizajes. El proceso práctico de esta afirmación, lo encontramos, por ejemplo, cuando un niño ha aprendido a leer; la fluidez de la lectura inevitablemente la ganará con la práctica.
Sin embargo, para que las tareas sean productivas deben ser abordadas de un modo placentero y no ser planteadas como una obligación.

  1. Profundizan y refuerzan los conocimientos: Cuando un niño repasa los conocimientos incorporados en la clase dentro de su casa, indudablemente afianzará los conocimientos que haya adquirido. Con tan sólo algunos minutos de repasos de saberes, nuestros hijos incorporan el hábito del aprendizaje y una mayor autonomía. Los deberes son efectivos y han sido diseñados (idealmente) de forma pedagógica para cada etapa de la vida del alumno. Pero para que esto funcione, los padres deben crear el ambiente propicio de motivación y estar allí presentes para cuando surjan las dudas.
  2. Mejoran la comprensión de lectura: Es sabido que una de las problemáticas que más afecta a los niños es la falta de comprensión lectora. El cumplir con las tareas escolares significa un ejercicio de lectura per sé, y en comparación con una lectura pasiva, las tareas representan una actividad con más dinamismo.
    Realizar tareas escolares no sólo hace que los chicos vayan incorporando una mayor fluidez, sino que además terminen por comprender qué es lo que están leyendo. Esto es esencial para que posteriormente puedan asimilar los conocimientos de una mejor manera.
  3. Son la puerta de entrada para descubrir sus gustos: No hay dudas de que los deberes ayudan a descubrir cuáles son las áreas que más le gustan a nuestros hijos. Al tener facilidades, por ejemplo, en las matemáticas, el niño tomará con agrado los desafíos que se le presenten y le despertará una mayor curiosidad por aprender cosas nuevas. Por el otro lado, los padres podemos detectar áreas de oportunidad que pudieran requerir de una inversión mayor de recursos para mejorar en determinada área del aprendizaje.

¿Cuál es el rol que deben jugar los padres en las tareas?

Las tareas en el hogar son importantes que la hagan los chicos; los padres mientras tanto, deben estar disponibles para acompañarlos y ayudarlos a organizarse.
Cuando los niños están cursando los primeros años del aprendizaje formal, no tienen la habilidad para organizar sus tiempos, tareas y sobre todo su capacidad de enfoque.

Esto no significa que los padres deban hacer las tareas de los chicos, sino que, es importante que puedan asistirlos en la toma de decisiones y a ayudar a encontrar una rutina de trabajo, es decir, enseñarlos a trabajar de manera eficiente y a crear hábitos de estudio.

Las tareas escolares en casa deben ser una actividad que termine por dotar a los chicos de beneficios reales. El excedente de deberes sólo logrará abrumar y frustrar las ganas de aprender. Eliminarlas por completo los privará de una profundidad de conocimientos.
Encontrar el equilibrio será fundamental para que el aprendizaje sea placentero y las tareas no representen una tediosa obligación familiar.